Al final de los años 60, se produjo en Europa el cierre de muchas líneas secundarias. Para salvarlas hubiera sido necesario efectuar grandes cambios, pero esto no se hizo.
De este modo innumerables líneas menores murieron por falta de inversiones, lo que generalizó un éxodo rural generalizado en casi todo Europa.
Se clausuraron muchas líneas ferroviarias con banquetes de despedida organizados por las sociedades de amantes del ferrocarril, éstas organizaciones aún eran poco numerosas, pero la noción de patrimonio ya estaba en marcha.
En pocos años, la acción de éstas sociedades permitió salvar varias líneas sobre todo en Francia, Alemania, Bélgica, Austria e Inglaterra. estados Unidos seguido siguió el movimiento y se reactivaron varias líneas de regiones turísticas abandonadas.
Estamos en los finales de la década de los 60, en los 15 años siguientes se multiplicaron los cierres y las líneas turísticas crecieron.
Muchos interesados no duraron en recorrer Europa para buscar la pieza rara que faltaba en sus líneas. Estas búsqueda significó expatriaciones para numerosas locomotoras alemanas, polacas y francesas y para muchos vagones suizos, austríacos y alemanes.
Generalmente necesarios para resolver cuestiones de economía regional, los ferrocarriles turíticos, son aún testimonio indispensable del pasado ferroviario europeo.
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